Si usted recibiera un aumento del 50% de su sueldo, con perspectivas de seguir aumentándolo, y además extendiera y asegurara su contrato laboral por el doble del plazo anterior y más encima tuviera nuevas ofertas de trabajo, no esperaría que su banco, al conocer la noticia, le bajara su calificación de riesgo y le disminuyera la línea de crédito y posibilidades de financiamiento futuro. Sería muy loco, ¿no es cierto?
Esto es exactamente lo que le pasa a la compañía SQM por estos días. Mientras consolida una posición como la mejor compañía global de producción de Litio para baterías en términos de calidad técnica del producto, variantes del mismo (carbonato e hidróxido), reservas aseguradas a nivel global (Chile, Argentina, Australia), mejora administrativa en su gobernabilidad y compliances, excelente “upgrade” del contrato en Chile con el gobierno y consecuente mejora política y mejora de sus resultados en más de un 50% entre el 2016 y el 2017, liquidez y planes de inversión inteligentes, sus acciones se desploman casi un 20% en menos de 10 días.
La inversión representa expectativas y muchos de sus inversionistas (socios) arrancan de SQM en estos días. ¿Porqué?
Las inversiones accionarias deberían en rigor obedecer a hipótesis basadas en proyecciones técnicas, políticas y financieras, lo que se llama los “fundamentos” o en nuestra jerga, evidencias objetivas. En la época de la posverdad en que vivimos, las inversiones accionarias cada vez más son manipuladas por especuladores profesionales e incluso, créalo, por robots manejados por inteligencia artificial que astutamente tratan de subirse al carro de las expectativas que generan los rumores, especulaciones y derechamente deseos expresados como verdades. Ello es además manipulado por “blufferos profesionales” de las empresas de inversión y los estrategas de las compañías, cada vez más arraigado en USA, China y empresas de países extremadamente orientados a objetivos económicos (Hay muchos casos famosos, documentados extensamente en libros, documentales o series muy realistas, como “Billions”. Puede encontrarlas en Netflix). Estos jugadores de póker generan rumores plausibles alimentando el juego de la posverdad.
Ello no es inocencia. Tiene el objetivo de manipular el mercado o aprovecharse del ambiente inocente del “creer” popular, extendiendo el concepto a ejecutivos de empresas, directivos de gobiernos o académicos bien intencionados que se suman al canto de sirenas por diversas razones, muchas de ellas con buena e inocente intención, pero en general alimentadas por su “ego [1]” basado en la adulación en el dominio donde ellos trabajan.
Esta es mi poco ortodoxa hipótesis sobre la contradicción de la realidad de SQM y la posverdad del Litio…
La razón aparente es que un banco de inversiones muy reputado pronostica una sobreoferta de Litio y por tanto una baja del 45% de su precio al año 2021 (Morgan Stanley[2]). O sea, en contrario, bajo ese supuesto podría deducirse que el precio de las acciones de SQM se debían a una expectativa de mantenerse en un mundo de fantasía donde ad-infinitum iba a mantener márgenes brutos superiores al 150% del costo de producción. Es muy absurdo. (La actual situación del Litio y SQM, comparando con el cobre y Codelco, es equivalente que el precio del cobre estuviera hoy a unos US$ 6/libra con costos de producción de US$ 2/libra. Excelente, pero insostenible).
Más importante que la oferta (o sobreoferta) es la demanda y en ello hay consenso que se cuadruplicará o quintuplicará por el 2030 (Ya lo quisiera el Cobre o el petróleo). La oferta se ajustará a la demanda y los precios serán los que los incumbentes mejor posicionados técnicamente y económicamente puedan soportar. SQM hoy es el mejor posicionado a nivel mundial. No hay duda alguna que sus acciones se recuperarán prontamente si dejamos de manosear la verdad.
Siempre ha sido obvio que el precio del Litio va a bajar. Lo sabe SQM, lo saben todos en el mercado especializado, por lo que tienen desarrollada una estrategia al respecto. SQM en sus “fundamentos” puede sostener holgadamente un precio del carbonato de la mitad del actual y, aun así, generar un flujo excelente y muchas utilidades. Las recomendaciones de “comprar” están basadas en esos fundamentos. Veo un excelente futuro al respecto en su negocio y también con ello, Chile se beneficiará, en su debida dimensión (¡por favor!), gracias al nuevo contrato con premios muy importantes para el país.
Entonces, la explicación “entre líneas”, de las expectativas desastrosas del “mercado”, es que los “inocentes” agentes de la posverdad han endiosado al Litio como si fuera un mineral precioso, escaso, valioso, extraordinario, con cualidades mágicas. Ello se ha transmitido y repetido hasta el cansancio en el inconsciente social, incluyendo los con poder económico, político e intelectual y retransmitido sin filtro en general por la prensa, como una religión, un dogma. “El litio es el Petróleo del Futuro”, “el oro blanco”, “La Arabia saudita del litio”, “El nuevo futuro de Chile”, “El camino a la industrialización de Chile”, “Tesla invertirá en Chile”, “Los Chinos fabricarán autos eléctricos en Chile”, etc, etc.
Los agentes especuladores económicos se han subido al carro y han comprado acciones de SQM agresivamente a lo cual se suman miles de inversionistas pequeños o institucionales, ya que el futuro es demasiado paradisíaco para no apostar en él. Si lo dicen y repiten los ministros, los presidentes, las máximas autoridades, los más reputados periodistas, páginas completas de prensa, etc. Más aún, de todos los colores políticos (Hay excepciones por cierto, pero el ruido es más fuerte).
A mi juicio, la caída de las acciones de SQM son una advertencia de lo que pasa cuando se desnuda una posverdad atada con hilos. Tan fácil como se “cree”, se “desmorona la ilusión del acto de fe”. Pero es sano, ya que con ello podemos conversar en serio y sentar bases honestas para nuestros sueños.
SQM ha pagado el pato por no alertar a tiempo al mundo cuál es su real contexto y que, siendo una niña bonita, no es la miss Universo. Faltó educación, falló en su parte de comunicaciones, quizás en un exceso de celo en bajar su exposición pública, por ser demasiado cautos y pensar que todo el ruido mediático no los afectaría demasiado. Pagaron el costo, sus accionistas. Pagan el costo, las ilusiones desmedidas del país que ha comprado un sueño inocente de riqueza fácil.
En lo particular, definiéndome como un aguafiestas profesional al respecto, he sido entrevistado muchísimas veces los últimos dos años, y lo he pregonado vehementemente en mis limitados medios de comunicación personal, la contradicción de los datos duros con la fiesta, las cornetas y los gorros que se visualizan en las noticias que nos bombardean. He mantenido siempre mi posición, he mostrado los números y he sido riguroso en mis datos, que por lo demás son los que manejan las mismas empresas que producen el Litio y que están en presentaciones públicas. Me han calificado de pesimista, de traidor, de desprestigiar al país…A algunos los he convencido.
Mi postura es muy simple, debemos ser responsables en dejar clara la realidad para después no pagar por las consecuencias por hablar demasiado y ser esclavo de las palabras irresponsables. Sin importar lo que se quiere decir, es el juicio que se hacen quienes escuchan lo que mueve el mundo,
Repito, mis ya majaderas, seis premisas:
1-El litio no es un gran mercado. Es una materia prima más con ciertas sutilezas de marketing por su uso tecnológico. Chile nunca podrá sustituir ni un 10% de la exportación de cobre con este material.
2-SQM es una compañía minera chilena (su principal competencia en Chile y el mundo es americana y ha pasado por varias manos) y para esta compañía el Litio es un excelente negocio para su tamaño y posición global. No son Codelco ni son una multinacional del petróleo en términos de facturación. Aparte de temas valóricos repudiables y estúpidos asignables al tema de exceso de poder personal y nulos o pésimos mecanismos de “compliances” que afectaron su reputación, que entiendo van quedando en el pasado, es una excelente Compañía y hay muy buenos profesionales en ella.
3-No existe una cadena de valor del Litio, como no existe una cadena de valor de la sal o del cobalto o del níquel o del grafito o del cobre refinado. Son insumos (row material) de cadenas de valor de productos industriales. En el caso del Litio, de los productos químicos activos para la manufactura de celdas. A partir de las celdas podríamos hablar de una cadena de valor ya que están encadenadas a baterías y las baterías (se abre en ramas) son insumos de productos tecnológicos inalámbricos o móviles que requieren energía portable o de fuentes de energías variables que requieren ajustarla a la demanda (solar, eólica).
4-La manufactura de celdas, baterías o productos tecnológicos son una industria distinta donde las materias primas e incluso insumos más sofisticados pueden conseguirse en muchas partes y no requieren instalarse cerca de éstas. Ojalá eso sí, llegar con un precio/calidad competitiva a la demanda.
5-Chile sí puede (y siempre ha sido así) participar en la industria de valor añadido. Creo que el negocio de manufactura de celdas o baterías tiene un interesante potencial y que Chile tiene posibilidades de desarrollar una industria en este nicho. Pero debe analizarse en su propio mérito, donde tener Litio nacional es irrelevante. Tener conocimiento, facilidades comerciales y apoyo de capital es muy relevante.
6-Producir materias primas es un buen y complejo negocio que genera dinero, no lo obliguemos a generar conocimiento industrial sofisticado.
Noruega, el país más desarrollado del mundo, vive de eso, el petróleo, reinvirtiendo ese dinero en capital humano y en una eficiente organización. Igual que Nueva Zelanda o incluso actualmente algunos países petroleros del golfo pérsico.
No es vergonzoso. Pero no mezclemos la uva con el desarrollo industrial del vino como algo naturalmente equivalente. Es absurdo e irreal. Imagínense una campaña donde se pregone que simplemente por tener uvas las posibilidades de producir un vino de calidad extraordinaria son evidentes (¿ ?).
Chile es un país ordenado pero inseguro, con una necesidad casi patológica de ser reconocidos, queridos, valorados. Tenemos pánico a retroceder en nuestro largo, lento y riguroso esfuerzo por avanzar en nuestro desarrollo.
Es muy grave motivar, a un país con este estigma, con el garrote de la amenaza de la bancarrota, como la zanahoria de la ilusión de barriles de oro escondidos bajo tierra (cobalto, nueva ilusión, por ejemplo). Nuestro mayor valor es la “ñoñería” de ser ordenados, disciplinados y sin rencores reales entre nosotros. Somos un país “Fome” como me dijo un amigo japonés. Bueno para vivir, pero no para “parrandear”.
[1] Cada vez que escalo, soy perseguido por un perro llamado “ego”. -Friedrich Nietzsche.
[2] Es una bola de cristal. Favor revisen artículo del 2011 sobre el petróleo, se sorprenderán. http://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/3103763/05/11/Goldman-Sachs-y-Morgan-Stanley-manipulan-el-mercado-de-crudo-y-deberian-ser-investigados.html
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